Sunday, November 19, 2006

Responsabilidad empresarial

En el reciente consejo anual del Comercio en la cuidad de Los Angeles, uno de los principales panales de debate fue el tema de la responsabilidad de la empresa frente a los problemas de la sociedad en que se desenvuelve. Con una claridad y pasión poco comunes, la académica de la PUC Carmen Teixido expuso sobre el peligro para la tranquilidad y estabilidad social que significa mantener, peor aún, acrecentar la diferencia en los ingresos que tienen los distintos estratos sociales.

En Europa, hace ya años que existe una certificación de "fair trade", cuya traducción sería "comercio leal". La ONG que desarrolló este concepto otorga un sello distintivo que se adhiere a los productos en cuyo proceso de producción y distribución se respetó el medio ambiente, un sueldo digno sin explotación laboral, se pagó un precio justo en un plazo justo a los proveedores, ante lo cual el consumidor cada vez más exige este sello distintivo en los productos o servicios que adquiere, aunque le signifique pagar un precio superior.

No es fácil cambiar la cultura del consumidor, para quien normalmente el precio constituye la variable más importante para su decisión de compra, pero necesariamente es éste quien -a través de su preferencia- puede modificar la conducta y el accionar de empresas y personas que intervinieron en las distintas etapas que culminaron en la venta final. Es a través de una campaña educativa informativa que las personas deben comprender que su decisión es la herramienta más poderosa para lograr este gran objetivo.

El Estado no queda exento de las críticas a su falta de responsabilidad social. La enorme cantidad de funcionarios contratados a honorarios que no tienen cotizaciones previsionales que les cubra sus necesidades de salud, como de jubilación, son la mejor muestra del padre Gatica, que predica pero no practica.

Para modificar nuestra actitud de responsabilidad social debemos vencer el egoísmo intrínseco que posee la naturaleza humana (mío es una de las primera palabras que aprendemos), y para esto se requiere crear incentivos y desincentivos en pro de este objetivo, para lo cual el Estado posee en la estructura tributaria la herramienta más poderosa para modificar conductas o hábitos, por lo que le corresponde dar el primer paso de esta tan necesaria transformación que requieren nuestras conductas.

Sunday, November 05, 2006

La cucaracha puede caminar

Si ve una cucaracha en su casa, no gana mucho con matarla, pues seguramente hay un nido con muchas más; si no lo elimina, el problema seguirá.

El escándalo de Chiledeportes (o Chilerecortes) es sólo una cucaracha. Si no tenemos el coraje y decisión como país de eliminar el nido, las cucarachas serán parte de nuestro diario vivir, y las consideraremos normales.

El debate generado por el nombramiento del nuevo contralor general de la República, gira más en torno a su color político que a las atribuciones que debe ser dotado para cumplir con el objetivo de eliminar la corrupción.

La Constitución de 1980 establece que la Contraloría General de la República es un organismo autónomo, que debe ser dictada una ley orgánica constitucional que establezca su funcionamiento. Han pasado 26 años y nadie (o casi nadie) recuerda esa tarea pendiente, a pesar de todos los escándalos que hubo, hay y habrá.

¿Por qué los candidatos no mencionan este tema en sus propuestas o discursos? Muy fácil, porque a la inmensa mayoría de los ciudadanos no les interesa. Entonces, ¿dónde radica la principal responsabilidad para eliminar este cáncer? Sin duda en los ciudadanos, que debemos exigir a nuestros representantes acciones efectivas para erradicar estas conductas que aceptamos como normales. Es la sociedad la que no puede relajar su escala de valores, ni permitir que la banalidad se imponga a los temas importantes.

Le daré un ejemplo burdo: si un órgano estatal requiere comprar dólares, y tiene tres cotizaciones, a $940, $960 y $980, y los compra a $940, la Contraloría no puede objetar la operación, pues las ofertas están en regla, y se optó por la más baja, aunque todos sabemos que el precio del dólar es $ 520. Si otro órgano compra una tonelada de azúcar para endulzar el café, tampoco es objetable si se cumplió los pasos anteriores.

La Contraloría puede auditar contabilidad, pero no tiene atribuciones para calificar calidad de gestión, ni para sancionar hechos fraudulentos. Adicionalmente, su presupuesto no es muy generoso, por lo que tiene limitaciones humanas y materiales que le hacen muy difícil cumplir con su tarea en forma eficiente. Pareciera que la política es que sigan como están.
La canción dice que la cucaracha ya no puede caminar, porque no tiene patitas. Estas tienen, y además... ¡vuelan!