Motivo de preocupación y polémica causó en Arica el anuncio de LAN Chile de suspender los vuelos entre esta ciudad y La Paz.
El ariqueñismo surge con todas sus fuerzas para reclamar por esta decisión que nos parece atentatoria contra el desarrollo de nuestra ciudad, sin considerar ni comprender las razones de esta determinación.
En primer lugar, debemos concordar que ninguna empresa abandona una actividad que le resulte rentable. Por lo tanto, debemos descubrir cuáles son las razones por las cuales LAN decidió dejar de servir esta ruta. Evidentemente, no fue porque fuera rentable, y no podemos suponer intenciones de perjudicar a Arica por alguna motivación inexplicable, por lo que debemos buscar explicaciones racionales a una decisión económica, y llamarnos a una autocrítica para buscar las tareas que no estamos realizando en buena forma, para evitar que nuestra ciudad vaya perdiendo importancia e interés para visitarla.
Claramente no bastan un aeropuerto nuevo, ni que este cuente con "mangas" (puentes de embarque) y una doble pista de acceso a la ciudad, para detener y revertir nuestra deteriorada situación económica, que se ve reflejada en que somos la décima ciudad de Chile en cantidad de pasajeros que usan los servicios aéreos, situación que sólo será revertida en la medida que seamos capaces de crear condiciones convenientes para quienes nos visiten, ya sea por razones comerciales o turísticas.
Lamentablemente, los aviones vuelan con combustibles, y no con motivaciones sentimentales.
LAN adoptó una medida racional en términos económicos, que no es criticable, pues debe responder a sus accionistas. Lo lamentable es que no seamos capaces de crear condiciones favorables para que nuestra ciudad sea un punto interesante para ser visitado. Los 20 pasajeros semanales que utilizan el servicio aéreo entre La Paz y Arica no justifican el mayor costo de aterrizar en nuestra ciudad, la cual cuenta con un servicio terrestre que dejó fuera de competencia al transporte aéreo.
Hace años la línea aérea boliviana Aerosur ofreció vuelos Arica-La Paz a mitad de precio, y no tuvo respuesta. ¿De quién fue la culpa?
Algo no estamos haciendo bien, y sería conveniente mirarnos el ombligo, en vez de buscar culpables externos a nuestros males.