Finalmente se firmó el TLC con China, que deberá ser aprobado ahora por el Congreso, trámite que se vislumbra sólo como protocolar, pero que dará espacios para encendidos discursos anti-globalización, y de defensa de los intereses chilenos, que debiera estar centrada en favorecer productos que generen más mano de obra, a fin de que sus beneficios se trasladen a la mayor parte de la población, y que los costos sean mínimos para el sector que no se beneficia.
A la lista de espera están Japón, India, Malasia y otros países del sudeste de Asia, con lo cual llegaremos a un 90 % de nuestro comercio exterior desgravado, independientemente que en las reuniones de esta APEC se acuerde iniciar conversaciones con otros países.
En contraste, hace pocos días finalizó en Mar del Plata la Cumbre de las Américas, en que los hechos más destacados fueron la presencia de Maradona (... y de Tomás Hirsch) y el debate García-Marquiano entre Fox y Chávez, pues los resultados de la reunión fueron calificados unánimemente como desastrosos, ante el nulo avance en el propósito de concretar el ALCA, que es crear un solo gran mercado desde Alaska a Tierra del Fuego. A varios países latinoamericanos no les seduce la idea de liberalizar su comercio. Las frecuentes riñas entre Argentina y Brasil así lo confirman.
He aquí el dilema: o nos estancamos tratando de negociar con nuestros hermanos latinoamericanos, o vamos a negociar a las ligas mayores con grandes países, cuyos mercados nos pueden comprar todo lo que produzcamos. El comercio exterior de Latinoamérica no llega al 5 % del total mundial.
La respuesta es obvia, pues Chile ya tomó la decisión de negociar con el mundo, lo que es compartido por todos, o casi todos los sectores políticos, por lo cual ya es una política de Estado casi irreversible.
Bien por Chile, pero, ¿qué pasa con Arica? Nuestros productos que se exportan son harina de pescado y otros marginales. ¿Cómo podemos beneficiarnos de esos acuerdos? No tengo la respuesta, lo que no es bueno, pero lo que es peor, es que no nos hacemos la pregunta. Tenemos dos opciones: buscar un nicho en el cual avanzar, o rumiar nuestra desgracia esperando un Mesías, viendo el progreso del resto de Chile por los noticiarios de televisión.
El desafío es nuestro.
Thursday, December 08, 2005
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1 comment:
Y que pasa con la función de Arica como punto de distribución de los productos chinos, por ejemplo, al mercado latinoamericano? Esa función de puerto americano, ya sea para recibir o exportar productos de otros países a ásia, no haria prosperar a Arica por sobre otras ciudades de Chile por su cercania con los otros países del cono sur?
Mi pregunta de fondo es: A su parecer, ¿podria ser el TLC con China una via para construir un futuro puerto de envergadura latinoamericana para exportar e importar los productos con Ásia?
Así incluso podria reposicionar a Arica como zona franca.
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