Mercosur ¿auge u ocaso?

Hicieron noticia esta semana las protestas de los uruguayos ante la debilidad del Presidente Tabaré Vásquez, quien cedió ante el Presidente Kirchner, y suspendió por 30 días la construcción de 2 plantas de celulosa a la orilla del río Uruguay, que limita a ambos países.

Los argentinos bloquearon dos puentes que unen a ambos países, generando perjuicios al comercio exterior uruguayo, pese que en los acuerdos del Mercosur, se establece el más absoluto libre tránsito por los caminos de los países signantes, incumpliendo tratados, lo que no es novedad por parte de Argentina.

Haciendo abstracción del tema ambiental, que da para otra columna, el tema de fondo es cuan eficientes y provechosos son los tratados que acordamos los latinoamericanos.

El Grupo Andino formado a fines de los 60 por Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Chile, partió con grandes esperanzas y mayores discursos, (que seguramente hicieron llorar de emoción en sus tumbas a los padres de la patria) pero que al corto andar no lograron ninguno de los frutos prometidos, entre los cuales Arica sería el polo productor de electrónica para toda el área. No corrieron mejor suerte la Alalc, Aladi y otros.

Chile, sin despreciar los acuerdos vecinales, ha privilegiado los acuerdos con los grandes bloques económicos, que realmente creen en el libre comercio, y son capaces de imponerse a los grupos de presión, liberando su comercio para beneficio de sus habitantes con beneficios que es imposible desconocer.

Lamentablemente aún en muchos latinoamericanos su genética les impide creer y jugarse por una real apertura de sus economías, y siguen pensando que las fracasadas recetas de la Cepal de sustitución de importaciones son el verdadero camino al desarrollo económico.

No es la primera crisis y seguramente no será la última del Mercosur, regularmente Paraguay y Uruguay sostienen que este acuerdo no les trae beneficios, y les limita su independencia para pactar con países extra-Mercosur. Entre los grandes, Brasil y Argentina son frecuentes las disputas cuando uno de ellos exporta demasiado al otro, obligándolos a parchar el acuerdo original.

Lamentablemente el comercio exterior latinoamericano es el 5% del total mundial, y si no nos integramos de verdad al mundo, se estará hipotecando a las generaciones futuras.